domingo, 29 de noviembre de 2015

Mi duelo


Cuando pierdes a alguien sientes un dolor tan horrible que parece te vayas a partir en dos. 

Cuando esa pérdida es para siempre se produce un punto de inflexión que marca un antes y un después. 

Todas las pérdidas llevan consigo un periodo de duelo, ese tiempo que vives, justo después de la pérdida, y que se conoce como el proceso de adaptacion a la nueva situación.

En esos días, semanas e incluso meses, posteriores a la pérdida, se pasan una serie de fases que todos deberíamos experimentar para salir victoriosos después de sufrir una pérdida.

La primera de ellas es la negación, te niegas a ti mismo lo ocurrido.
Le sigue el enfado, la ira, buscando causas y explicaciones... Te sientes culpable por no haber podido evitar lo sucedido.
Después llega el momento de negociar, contigo mismo y con el entorno y se intentan buscar soluciones a lo que ha pasado. 
Lógico y sano sentir tristeza por la perdida pero ese dolor emocional  debe ir cediendo con el paso del tiempo.
Y lo último, la aceptación,  aceptar esa nueva situación, aceptar que la pérdida es inevitable y que no eres culpable ni responsable de lo sucedido. 

Ayer, después de unas cuantas cervezas y otros tantos gintonics, debatíamos si el duelo por la pérdida de un ser querido es el mismo al que vives cuando tu pareja te deja. Las opiniones eran varias. 

Bajo mi punto de vista,  en las dos situaciones se vive un periodo de duelo pero diferente, simplemente, porque no es lo mismo perder a una persona porque fallece a perderla porque ha decidido dejar la relación. 

Y es que la muerte de un ser querido es algo muy doloroso donde experimentas, negación, ira, rabia, vulnerabilidad, una inmensa tristeza y finalmente, te ' acostumbras' a vivir con ello. Pensar que es ley de vida y que ninguno nos vamos a quedar aquí, puede ayudar  a encajar ese duro golpe que a veces ( muchas veces) llega cuando no debe. 

La pérdida de una pareja es dolorosa pero creo que la decepción, el engaño y la falta de confianza que esa pérdida genera, hacen diferente el duelo y el después.

Todos los que estábamos ayer hemos sufrido perdidas y todos, de una manera u otra, hemos vivido nuestro periodo de duelo como hemos podido.

Bravo por los fuertes y valientes que siguen hacia delante! 

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