Hoy la vecina rubia publicaba un artículo que había aparecido por las redes: “ las mujeres obsesionadas con la ortografía son odiosas”.
Rauda y veloz he ido a leer el dichoso estudio. Me están llamando odiosa ( sí, yo también estoy obsesionada) por todo el morro y me interesa mucho saber porqué.
Pues oye, no doy crédito con estos estudios tan científicamente probados de esas universidades tan importantes.
Resulta que los que tocamos las pelotas con la ortografía somos más introvertidos que los que pasan por alto el “ ola wapa”.
Puedo asegurar ser muchas cosas pero... introvertida?!
El estudio dice que el número de personas que se irritan con la ortografía va en aumento y, en su mayoría, mujeres. Ole por nosotras!
Yo le he preguntado al Hombre de la Montaña si era odiosa y su respuesta ha sido: mucho.
Aunque se descojone preguntándome si lo que más me atrajo de él es su aprovechamiento de la EGB, es cierto que es algo que valoro y mucho.
Soy pesada con las apps de contacto pero en serio, por muy guapo que sea el chico de las fotos si abre el chat y en dos frases se lía a martillazos con cada una de las palabras que escribe yo, me precipito de la vida.
Un día comencé a hablar con un tío que realmente no era nada feo.
A la media hora le pregunté si tenía algún problema con las haches porque se olvidaba de todas.
Se lo tomó bastante mal y solo supo decirme que no era muy guapa y pasaba de seguir escribiendo. Yo sé lo agradecí en el alma y mis ojos, más.
En fin, no me voy a preocupar y como dice la vecina rubia no somos odiosas, somos DIOSAS.