lunes, 14 de julio de 2014

Todo fluye

Porque aunque intentes, con todas tus fuerzas, cambiar las cosas todas ellas llevan su propio curso y, al final, salen como, sólo ellas, han decidido.

Esta mañana desayunaba con alguien que me contaba lo complicada que es una relación cuando, una de las partes, se obceca en tener todo bajo control.

Me decía: ' tú que entiendes de psicología ( pobrecito mío que no sabe lo pallá que estoy yo) dime que esto no es normal'.

Realmente, no se sí es normal o no porque hace tiempo que dejé de catalogar las cosas en normales y no normales ( si alguien tiene el secreto que me lo cuente) pero, lo que tengo muy claro es que uno es mucho más feliz cuando se deja llevar, cuando no espera nada de nadie, cuando se acepta tal cual es, cuando da sin esperar recibir, cuando acepta al resto de personas sin querer cambiar el más mínimo ápice de sus personalidades o conductas porque esto, y lo creo firmemente, es lo que nos hace únicos y diferentes.

Al comienzo de una relación, sea sentimental o de amistad, todos nos mostramos con nuestros 'trajes de gala'. Lógico y natural. Si de primeras dejamos salir al mostruito que llevamos dentro, nos comemos un colín.

Lo más sensato es pillar a ese monstruo interior y darle unas clases de saber estar o, si eres la leche, deja que salga la primera noche y nos evitamos pérdidas innecesarias de tiempo.

Hasta los cojones estoy yo de conocer gente que, en un principio, me parecen la leche porque venden motos aunque en su puñetera vida se hayan montado en una y en poco, o no tan poco tiempo, se queden en una mínima parte de lo que habían mostrado ser al comienzo de nuestra relación.

Por eso, dejemos fluir, dejémonos de disfraces, de controlar, de fingir, de ocultar, de intentar ser, de decir lo contrario a lo que piensas sólo por ' el que dirán' .....que sí eres un bicho raro, lo eres y no pasa nada,  el que te quiera te querrá por encima de todo pero no intentes modificar ni fingir una vida que no es la tuya porque, tarde o temprano, el monstruo sale y juega malas pasadas.

Tengo 36 y ahora más que nunca me conozco ( y cada día más) y ahora más que nunca me siento genial ( aunque sólo han pasado unos meses desde que perdí mi ' supuesta vida perfecta' ) y feliz por mi misma porque ( en la medida de lo posible) me dejo llevar, me muestro como soy y ahora más que nunca ' al que no le guste que no mire' y por favor, si no eres auténtic@, pasa de largo.


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