Las segundas partes nunca fueron buenas y para mí, esas nuevas oportunidades, no llegan muy lejos.
De serie, vine con 50% de visceralidad y el otro 50% de radicalismo y es que, así soy yo...mis reacciones emocionales son muy intensas para lo bueno y lo malo.
Ya se que los extremos son lo peor pero, como no me dedico a la política ni al fútbol ni a la religión, podéis estar tranquil@s....o eso creo.
A mí si me gusta algo o alguien, me gusta de arriba a abajo, para ayer, hoy y mañana. Mi idilio con el arroz y la pasta, en todas sus formas y variedades, es un claro ejemplo de lo intensa y extrema que puedo llegar a ser.
Y es que siento, inmensa pereza, hacia las personas a medias tintas, a las de hoy sí y mañana no, a los contenidos, emocionalmente hablando, y a los que, en vez de torrente de sangre, tienen las venas repletas de horchata.
Los que me conocen bien saben soy muy exigente con las relaciones pero la primera a la que exijo, es a mí misma. Si yo me curro una relación no me conformo con menos de lo que doy y con esto, no quiero decir que doy esperando recibir...no sé si me entendéis.
Como dice BritanyLoreal soy una sentencias y sí, así soy pero es lo que hay.
Si me siento engañada, defraudada, decepcionada no me cierro a una segunda oportunidad, aunque me cueste horrores, pero las segundas partes, no van conmigo.
Es que es ciertisimo, no valen las segundas partes...
ResponderEliminarBesos
No recuerdo peli, libro o relación que fuera bien en su segunda parte...radical.com jajaja
EliminarHay que fiarse de lo que sentimos.
ResponderEliminarAsí es María..aunque en alguna ocasión o en muchas nos equivoquemos.
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