Mum

Andaluza, que más guapa no puedes ser.

Con esa sonrisa constante en tu cara que hace que la vida sea mucho más fácil.

Te quedaste huérfana de padre y madre mucho antes de lo que debías.

Cocinera de verdad, de mojar bien de pan en el plato.

Sabes lo que es perder a un hermano, incluso dos, una vecina, un amigo o un cuñado.

Tu vida no ha sido un camino de flores pero nada ha conseguido amedrentar tu fuerza y vitalidad.

Tus estancias en el hospital no te han hecho más débil sino todo lo contrario. Cada vez ha sido para verte más valiente, más fuerte y con más ganas de ponerte el mundo por montera.

Como nadie, dedicas el tiempo justo y necesario a cada una de las minucedes que van aconteciendo a lo largo de la vida.

Trabajadora incansable y jubilada por obligación pero disfrutona de cada una de ese par etapas.

Y una vez más, me sorprende tu reacción. Bravo por ti y las bofetadas ficticias que voy recibiendo de tu parte, porque me encanta que así sea y porque de un zarpazo me hacen ver lo gilipollas que puedo llegar a ser.

Y es que mamá, eres única y no podría imaginar una mejor madre en mil vidas que me tocara vivir.

Te quiero mucho.